Escribo este post decepcionada, indignada, frustrada y convencida de que es muy difícil que este país tenga arreglo (o si lo tiene creo que no alcanzaré a ser testigo de semejante evento). El escrito está desordenado, lleno de ideas al azar. Pero me justifico, es un desahogo.
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Estoy realmente asombrada por la pasividad de nosotros los colombianos. No controlamos, no participamos, no protestamos, sólo nos quejamos y le echamos la culpa de nuestros problemas al alcalde/presidente/gobernador de turno (aclaro que no me incluyo en este grupo de "pasivos", procuro en lo posible participar, debatir y refinar cada día más la técnica para pasar derechos de petición a la administración, algo hago).
No me siento orgullosa de ser de acá. Me da pena decir en otro país del mundo "soy colombiana" cuando el mismo Estado realiza ejecuciones extrajudiciales, chuza los teléfonos de sus propios funcionarios y adjudica licitaciones de manera corrupta. Un país donde la gente es capaz de agarrarse en un Transmilenio por una silla, donde las mujeres somos todos los días víctimas de acoso sexual en el transporte público, donde en un departamento la bienestarina se va para los marranos y no para los niños. La lista sigue.
¿Qué es esta mierda de país? ¿Qué sacamos con tener el lema "Colombia es Pasión"? ¿Con ser el país del vallenato, del sombrero vueltiao y del mayor número de especies de aves en el mundo? NADA, no sacamos NADA. Esque ni turismo como el de Perú tenemos (y eso que ellos son el país de la Tigresa, Delfín y Wendy - que oso - y su índice de desarrollo humano es de los más bajos de latinoamércia).
Sigamos rumbeando que pa' eso sí somos buenos. Sigamos creyéndonos "los super putas weon mariquis". Sigamos gastándonos la plata en reinados, fiestas, trago y cigarrillo (aclaro: el ocio y la diversión son importantes pero en sus justas proporciones, no los estoy estigmatizando). Sigamos viviendo en esta burbuja donde sólo importo YO.
Pero ala, dejemos esta inercia que nos tiene tan jodidos y maduremos socialmente. Seamos capaces de ejercer todos los derechos políticos que nos reconoce la Constitución. Seamos capaces de tumbar un presidente como sucede en Ecuador o como sucedió con el escándalo de Watergate con Nixon. Dejemos de llevarle chocolaticos a la secretaria para que nos haga un favor más rápido. Deslegitimemos la cultura de la corrupción y del chancuco desde nuestra cotidianidad.
Soy colombiana, me encanta el ajiaco y el bocadillo veleño, pero me duele mi patria y percibo desde mi limitada experiencia que los esfuerzos de gente buena (que hay por montones) no funcionan. Por algo tantos profesionales terminan en el exterior. Somos un pueblo lleno de gente buena y trabajadora y conozco casos exitosos que demuestran que sí es posible lograr cambios desde la sociedad civil. Sí se puede, es cuestión de unirnos y empezar a realizar acciones. Aplastemos ese Leviatán.
Todavía no pierdo las esperanzas.
LM
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